lunes, 1 de julio de 2013

Brindemos.

Hoy brindemos por todas aquellas personas que no pueden salir de tu vida sin dejar una huella imborrable, pero en especial, por todas las que se han ido , dejando al destino que sea su guía.
Pensemos: en realidad, son especiales. Hay algo en su forma de hacerte reír con tonterías que probablemente recuerdes más tarde y ya no tengan la misma gracia, o incluso sus te quieros más sinceros son distintos a los del resto de amigos. Tantos buenos momentos que han sido estropeados por las bromas sobre su marcha que ni siquiera se pueden contar; pero eso, precisamente esos pequeños detalles como tener un acento cerrado o andar de forma peculiar, son los que hacen que esas personas sean únicas hasta el momento de su despedida. 
Escuchar esa palabra es duro, pero lo es aún más si le sigue un "de esa persona especial". Nueve letras que se recogen en el diccionario bajo el significado de: acompañamiento que se hace a una persona que se marcha hasta el momento de la separación. Y... ¿ya está? Es decir, ¿eso es todo lo que implica una despedida? ¿Que hay de los nervios que se sienten unos segundos antes? Justo cuando esa persona se acerca con los brazos abiertos tardando una eternidad en llegar a ti, aunque lo peor es cuando al fin te abraza y quieres que pase el resto de tu vida contigo. Sientes que os apoyáis mutuamente, que si no estuviera el otro os derrumbaríais allí mismo. Llega el momento de deshacer la unión y, de pronto, como si tu vida se convirtiera en una película llena de polvo, el tiempo se detiene. No escuchas, apenas respiras, no piensas en los espectadores que esperan impacientes que la cinta continúe rodando. Tú únicamente te centras en su sonrisa, que no dice nada pero a la vez puedes leerlo todo. Supones que él también trata de descifrar la tuya, así que haces que tus mejillas asciendan hasta que te sea difícil ver con claridad. Y, tan rápido como el tiempo se ha parado, vuelve a la normalidad. 
Realmente, todo sigue igual: tus ojos cristalizados, tu garganta anudada, los pequeños nervios... Pero ahora se siente algo distinto. Un vacío que solo serás capaz de llenar con ese instante, ese momento que quedará paralizado para siempre.
Por tanto, apuntémonos una copa y brindemos por esos recuerdos.